Obesidad y Enfermedades No Transmisibles Relacionadas con la Nutrición

obesityVOLUMEN 26 No. 3 JULIO – SEPTIEMBRE 2011

Palabras clave: Obesidad; Diabetes Mellitus; Hígado Graso; Síndrome X Metabólico; Fructosa; Aceite de Maíz.

Resumen

La situación de sobrepeso y de obesidad en la población se considera un problema grave de salud pública. Actualmente, en el mundo existen cerca de 1.600 millones de adultos con sobrepeso, de los cuales, 400 millones son clínicamente obesos. En el caso de Colombia, según la Encuesta Nacional de la Situación Nutricional, realizada en 2005 por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, existe sobrepeso y obesidad en 46% de la población adulta, lo que afecta en forma más importante a las mujeres.

La globalización se encuentra ligada a los rápidos cambios socioeconómicos, demográficos y tecnológicos; esto forma parte de la evolución y genera el proceso de la transición nutricional. Los seres humanos han sufrido cambios importantes en su actividad física y su estado nutricional, lo cual ha influido en el desarrollo de las enfermedades no transmisibles relacionadas con la nutrición: la urbanización, el crecimiento económico, los cambios tecnológicos en el trabajo, el procesamiento de alimentos, la cultura y el crecimiento de la información masiva.

Los efectos de la modificación de los patrones implican un incremento en el consumo de alimentos, en su contenido calórico, en la disminución del gasto energético, o en todas las anteriores.

Diversos estudios han correlacionado la presencia de ciertos tipos de cáncer con obesidad y la dieta es un factor muy importante para prevenirlo.

Finalmente, debe considerarse la obesidad como un problema económico derivado de factores tales como políticas gubernamentales, influencia de importantes compañías de alimentos y de la inseguridad alimentaria presente en las clases socioeconómicas menos favorecidas. Es absolutamente necesario implementar programas educativos a diferentes niveles y, sobre todo, a multiplicadores de información, sobre lo que significa una dieta balanceada y la importancia de una alimentación sana en la salud y el bienestar del individuo.

Introducción

La situación global sobre el tema de la nutrición presenta modificaciones importantes con respecto a lo que sucedía tiempo atrás. Se estima que para el año 2020, dos tercios de la población mundial se encontrarán afectados por enfermedades no transmisibles y, principalmente, relacionadas con la dieta 1.

Hace un tiempo se podía observar que la desnutrición se presentaba en las poblaciones socioeconómicas menos favorecidas, mientras que la obesidad era una manifestación de riqueza y abundancia. Hoy día, se puede decir que esto no es así. Caballero, en su publicación “Paradoja de la nutrición” de 2005 2, afirma que los países en desarrollo experimentan una transición demográfica y socioeconómica que genera un impacto nutricional importante. En 60% de los casos, en una misma familia puede coexistir la desnutrición en los niños y el sobrepeso u obesidad en los adultos.

Tal fenómeno nutricional se debe a cambios en la dieta, disponibilidad de alimentos y variaciones en el estilo de vida. A esto se le podría agregar que, debido a las diferencias genotípicas ancestrales relacionadas con los factores de supervivencia en ambientes difíciles, la respuesta metabólica es diferente. Los estados de carencia generan una mayor utilización y almacenamiento energético, que conllevan a problemas de sobrepeso u obesidad 3-5. Últimamente se ha estudiado la relación entre el bajo peso de los recién nacidos y las probabilidades de desarrollar sobrepeso en la edad adulta. Por ejemplo, el feto de una madre desnutrida responde a un suministro energético restringido, cambiando hacia los genes que optimizan la conservación energética 2.

El problema de la obesidad

El aumento de las tasas de sobrepeso y de obesidad en la población se considera un problema de salud pública muy importante. Actualmente, se puede afirmar que en el mundo existen cerca de 1.600 millones de adultos con sobrepeso, de los cuales, 400 millones son clínicamente obesos. Este fenómeno ocurre tanto en los países desarrollados como en los subdesarrollados. Es preocupante registrar la alta incidencia de obesidad en niños, ya que 20 millones de menores de cinco años se encuentran con sobrepeso.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha estimado que, para el año 2015, aproximadamente 2.300 millones de adultos presentarán sobrepeso y 700 millones serán obesos 6, 7.

La Organization for Economic Cooperation and Development (OECD) menciona que, por lo menos, en 13 países pertenecientes a dicha organización, la mitad de la población adulta se encuentra con sobrepeso o con franca obesidad clínica. En algunos países, como Japón, Corea, Francia y Suiza, estas tasas son menores, aunque últimamente se han incrementado 8 .

Los dos países con mayor porcentaje de sobrepeso y obesidad son los Estados Unidos y México. En los Estados Unidos la prevalencia de obesidad se incrementó en 50% en la década entre 1980 y 1990. La encuesta Nutrition Health Examination Survey (NHANES) de 2005-2006, encontró que 32,7% de los estadounidenses mayores de 20 años presentaba sobrepeso, 34,3% eran obesos y 5,9% tenían obesidad mórbida 7. De estos, 28% eran hombres y 34% mujeres, y cerca de 50% de las mujeres negras no hispánica serán obesas 9. La situación no era mejor en niños y adolescentes, pues el estudio NHANES de 2003-2006 reportó una prevalencia de sobrepeso de 12,4% en los niños entre 2 y 5 años, de 17,0% en los niños entre 6 y 11 años, y de 17,6% en los adolescentes entre 12 y 19 años 10.

La situación de exceso de peso en México es igualmente preocupante. El 71,9% de las mujeres y el 66,7% de los hombres entre los 30 y los 60 años, presentaban sobrepeso u obesidad, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 11. Además, es importante resaltar que la prevalencia de obesidad en ambos sexos había aumentado considerablemente en los últimos años, con mayor proporción en mujeres que en hombres. En 1993, este valor era de 21,5%, en el 2000 estaba en 24% y en la ENSANUT de 2006 se encontró obesidad en cerca del 30% de la población mayor de 20 años (34,5% mujeres y 24,2% hombres).

En el caso de Colombia, según la Encuesta Nacional de la Situación Nutricional realizada por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, existe exceso de peso, incluyendo sobrepeso y obesidad, en 46% de la población adulta. Cuando se divide la población  por sexo, en los hombres se registra 39,9%, y en las mujeres, 49,6%. En cuanto al sobrepeso, este mismo estudio halló una prevalencia de 31,1% en hombres y de 33% en mujeres (figura 1). La prevalencia de la obesidad es aún más grave para las mujeres, quienes duplican las cifras de los hombres. El 8,8% de los hombres son obesos, mientras que en las mujeres la obesidad equivale al 16,6% 12. Otro de los resultados  de la encuesta que llama la atención es que, a medida que aumenta la edad, aparece un incremento del sobrepeso y de la obesidad, equivalente a 18% en el grupo de 18 a 22 años y a 62,5% en el grupo de 58 a 64 años. (Figura 2.)

FIGURA 1. Sobrepeso y obesidad

FIGURA 2. Clasificación nutricional

En la figura 3 vemos una comparación de la situación de sobrepeso y obesidad, con datos provenientes de la Organización Mundial de la Salud, de los diferentes países de América Latina, donde encontramos que la situación de sobrepeso y obesidad es mucho más grave en la mujer que en el hombre, exceptuando Argentina, donde la prevalencia es muy parecida. Como es de suponer, este hecho incrementa las posibilidades de enfermedades nutricionales crónicas no transmisibles en las mujeres y crea una alerta sobre la necesidad de establecer programas gubernamentales preventivos para evitar la ganancia de peso.

Transición nutricional

La globalización se encuentra ligada a los rápidos cambios socioeconómicos, demográficos y tecnológicos; esto forma parte de la evolución y genera el proceso de la transición. Los alimentos, según Caballero 13, son el componente central de la supervivencia y, por lo tanto, parte fundamental de la evolución y del proceso de transición. Esta transición se ha visto afectada a nivel epidemiológico, demográfico y energético; a nivel epidemiológico, fue inicialmente descrita por Omran en 1971 14; a nivel demográfico, se puede observar en los países industrializados por los cambios que se detectan cuando se presentan elevada fertilidad y mortalidad, y luego se modifica a baja fertilidad y mortalidad; finalmente, la transición nutricional, además, puede verse afectada por la propia alimentación. En la figura 4, modificada de Popkin 15, se pueden observar estas interrelaciones.

FIGURA 3. Prevalencia de sobrepeso

Los seres humanos han sufrido cambios importantes en su actividad física y su estado nutricional, lo cual ha influido en el desarrollo de las enfermedades no transmisibles relacionadas con la nutrición 16. Estas etapas, según Popkin 17, no dependen de las eras históricas de la humanidad, sino que se diferencian por presentar características nutricionales específicas de determinadas regiones geográficas y subpoblaciones económicas. Se pueden establecer las siguientes cinco etapas 15:

1. Recolección de alimentos. En esta etapa las poblaciones cazaban y pescaban para poder alimentarse 17.

2. Hambrunas. Durante épocas de hambruna, la situación nutricional empeoraba debido a la escasez de alimentos, cuya variedad se reducía por diferentes periodos, y generaba un estrés nutricional que resultaba en una disminución en la estatura de hasta 10 cm.

3. Recesión de hambrunas. En esta etapa existía un  aumento en el consumo de frutas y verduras, y reducción de los almidones. Al mismo tiempo, se empezaba a ver un cambio importante en la actividad física, debido al incremento del ocio y de la inactividad.

4. Aparición de enfermedades no transmisibles relacionadas con la nutrición. Se presenta en épocas caracterizadas por una alimentación con grandes cantidades de azúcar, grasa y colesterol, y poca fibra y ácidos grasos poliinsaturados. Además, se disminuye en forma importante la actividad física y se incrementa el sedentarismo. Esto sucede tanto en poblaciones de clases socioeconómicas altas como de bajos ingresos, siendo mayor hoy, en este último segmento, ya que el estar esbelto y delgado es una exigencia social y demanda tiempo libre y recursos económicos. La obesidad y la presencia de enfermedades no transmisibles relacionadas con la nutrición son el resultado de este patrón.

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